
Desarrollo de la
efemérides:
Estando sumida la población de Los Villares en una tenaz
epidemia de viruela, la situación de estrechez y falta de nichos hacía que
fuesen necesarias la exhumaciones de cadáveres, lo que por un lado era un
peligro para la salud pública y por otro originaba un disgusto en las familias
afectadas, por lo que se estaba generando un conflicto social y en alguna
ocasión se había intentado atropellar al encargado del cementerio. Ante esta
situación el coadjutor y párroco interino de Los Villares, D. Cándido Luna
Cárdenas, enviaba con fecha 2 de septiembre de 1.883 una comunicación al Sr.
Alcalde D. Luis Molina Campos, pidiendo una urgente actuación en el cementerio
para solucionar este conflicto de salud y social.
Copia de la Carta:
“Siendo diarias las exhumaciones de cadáveres que se encuentran a medio
descomponer a causa de la suma estrechez de este cementerio y de las mismos
exhalan miasmas que tan perjudiciales son para la salud pública, según la
higiene, causando además gran disgusto para las familias de los difuntos que
sabedoras de dicha exhumación han tratado de atropellar al encargado del
cementerio, pudiendo ser esto causa de mayores disgustos por cuyas razones,
cumpliendo con el cargo que interinamente desempeño de párroco de esta iglesia,
es mi deber manifestar a Vd. el estado del citado cementerio para que tome las
medidas que su buen criterio y el de todos los individuos de esa digna
Corporación Municipal que preside, para remediar con los fondos municipales una
necesidad tan grave como apremiante a causa de la tenaz epidemia virolosa que
nos destruye. Esperando de sus buenos sentimientos que agotará todos los
recursos para remediar con la mayor premura esta necesidad tan grande como
perentoria”. Cándido de Luna
Cárdenas=Párroco de la parroquia de San Juan Bautista.."
Leída la comunicación
por el Secretario, la Corporación Municipal, en su vista y siendo frecuentes las quejas de
los vecinos de esta localidad, teniendo en consideración el estado aflictivo de
la población con la epidemia virolosa que desgraciadamente la aflige, acordó
por unanimidad se proceda a la obra que interesa al reverendo párroco, teniendo
en cuenta la imperiosa necesidad que la motiva, y se utilice el capítulo de
imprevistos para lo que se haya autorizada esta Municipalidad por el Sr.
Gobernador Civil de la provincia, así como que se tomen las medidas aconsejadas
por la ciencia para evitar la propagación de la epidemia.
Tras el acuerdo municipal, la parroquia acometía las obras de
arreglo y ampliación del Cementerio público de la Villa, cuyo costo ascendió a
471 pesetas y 13 céntimos, que fueron abonados por el Ayuntamiento a la
parroquia el 16 de diciembre de ese año.
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