
Desarrollo de la
Efemérides:
Tras la pérdida de las imágenes del templo parroquial, tras
su destrucción en agosto de 1936, hubo
un largo periodo en el que la celebración de la Semana Santa en su aspecto
externo quedó muy limitada.
En el año 1.949 un grupo de vecinos encabezado por el
entonces Alcalde D. Joaquín Tuñón y el industrial D. Antonio Molina aunaron esfuerzos y
consiguieron la colaboración de algunos amigos de la capital que prestaron
ayuda y elementos para organizar las procesiones. El giennense D. Alfonso Amate
García regaló un trono para la Virgen de los Dolores y facilitó la asistencia
de la Banda de la Cruz Roja. Especial lucimiento tuvo la procesión de la
Soledad que salió a las diez de la noche del Viernes Santo y permaneció en la
calle hasta el incio de la madrugada.
El entusiasmo fue general y se hicieron ambiciosos proyectos
para organizar en lo sucesivo la Semana Santa
con mayor esplendor pero no cuajaron aquellos proyectos y la Semana
Santa volvió a celebrarse con su esquema tradicional.
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