Tal día como hoy, el 25
de junio de 1.539 el juez Juan de Rivadeneyra intervenía para dar solución a
los nuevos vecinos del lugar de Los Villares que se sentían agraviados con la
suerte de tierras que les había correspondido en el repartimiento.
Desarrollo de la
efemérides:
En la ciudad de Jaén a veinticinco días, de junio, año del Señor de mil
quinientos e treinta e nueve años, el dicho señor juez habiendo visto los
pedimentos e peticiones de los agraviados del lugar de Los Villares conviene a
saber del jurado Sebastián de Torres e Alonso Martínez Zamarrón e Pedro García
Serrano, y Alonso García de Dueñas y Francisco Jiménez de la Guardia, vecino
del lugar de Torrecampo y Bartolomé Rodríguez de Córdoba, vecino de Jaén, para
informarse si son agraviados o no, tomó y recibió juramento en la forma debida
de derecho y prometieron decir de verdad de Alonso Fernández e Joan Molina,
medidores, los cuales hicieron en forma sobre la señal de la cruz y dijeron: sí
juro y amén.
Testigos Cristóbal de Soria e Diego de Quemada.
*Veamos la resolución del juez Joan de Rivadeneyra, sobre uno de los
casos de agraviados por no estar conforme con la suerte que le tocó:
… “…Otrosí, preguntó digan, so
cargo del dicho juramento, si Pedro García Serrano, que se agravia de las suertes que le cupieron, si son suertes que le cupieron
para que se pueda sustentar en ella e si son para perder en ello. Dijeron que
la una es pasadera que se puede sustentar en ella cualquiera labrador con ella,
e que la otra es tan mala que no es para provecho ninguno.
E luego el dicho señor juez dijo que
remediando el dicho agravio, el dicho Alonso de Dueñas se quede con la buena
solo, y que para el dicho Pedro García Serrano se le dé una de las dos que
están en el cerro el Viento, que no están asentadas y se le dé una de ellas…”.
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