lunes, 1 de septiembre de 2014

EMILIO LIÉBANAS MORALES, Artesano

Tal día como hoy, un 1 de septiembre de 1.945, nacía en la calle Carril de Los Villares, Emilio Liébanas Morales, artesano.













Semblanza:
Emilio Liébanas Morales, nace en Los Villares, en el núm. 28 de la calle Carril, a las 20 horas del día 1 de septiembre de 1945. Es el segundo de cuatro hermanos, Antonio, Emilio, Fausto y Encarna, fruto del matrimonio compuesto por Emilio Liébanas Alcalde, ganadero y agricultor y Adriana Morales Molina.
Su infancia transcurre en la calle Carril, primero en casa de la abuela, donde nació y posteriormente en la parte alta de la calle, en el número 143, donde sus padres compraron una casa frente a la antigua vaquería, que hubo allí. Como todos los chiquillos de esa época, su hábitat de juegos es la calle, junto con los depósitos de agua y el lugar que generalmente conocíamos como “detrás de los huertos” sendero que recorría la parte trasera de los huertos de cada una de las casas de la calle Carril y que iba desde el portillo a la entrada de la calle hasta la salida a la altura del “Molino del Rey”.


Emilio junto a su madre y hermanos Antonio y Fausto
Con diecisiete años sus padres establecerían su residencia en el patín de las Hazuelas, donde vivió hasta contraer matrimonio.
Con cinco años comienza a ir a la escuela unitaria de D. Antonio García Barrios, con quien estuvo hasta los doce años, que abandonaría el colegio, si bien durante dos o tres años más asistió por las tardes a la academia particular que este mismo maestro tenía. Fue, por tanto su único maestro del que guarda entrañables recuerdos y del que se siente muy agradecido, pues de él aprendió todo lo que sabe y recibió su formación como persona.


Terminada su etapa escolar, Emilio ha de abrirse nuevos horizontes en el mundo laboral; por aquellos tiempos en el pueblo sólo se ofertaban dos trabajos, o bien la agricultura o bien los canastos, que por entonces comenzaban a repuntar. Aunque el padre era ganadero y agricultor, nunca quiso que sus hijos comenzasen tan jóvenes en los trabajos del campo, así que Emilio al dejar el colegio comenzó como aprendiz en un taller de artesanía que había en la Callejuela, cuyo dueño y maestro era Tomás Gallardo. En aquel taller se hacían pequeñas piezas de retama pelada, unas finas fibras que se recogían en los montes de alrededor del pueblo, e incluso se iba a cortarlas a los pueblos de toda la Sierra Sur y se las traían después hasta Los Villares donde las mujeres y los niños las pelaban y después se las vendían a los pequeños talleres que ya empezaban a formarse en el pueblo. Con aquel material se hacían pequeñas piezas de artesanía como bandejas, fundas para vasos y botellas, cestitas de varias formas y tamaños etc.. En ese taller estuvo durante dos o tres años  hasta que se cerró.
 Con catorce o quince años comenzó a trabajar en el taller de Manuel Gallardo. En aquel taller ya se empezaba a confeccionar piezas con mimbre, salga, anea y otras fibras vegetales. En ese taller había trabajando bastantes artesanos, entre ellos los hermanos Francisco y Juan Miguel Ramírez Palacios y los también hermanos José y Luís Fernández Molina, todos ellos eran un poco mayores que él, y a los que sus padres que eran canasteros antiguos, les habían enseñado algo del oficio. En este taller empezó a trabajar el mimbre y  aprendió bastante del dueño, que era un buen artesano, y de los demás compañeros que trabajaban en el taller, que ya manipulaban la mimbre bastante bien. Allí se hacían sobre todo costureros, bandejas toda clase, cestas, maletas, cestos ferroviarios… y ya se empezaba a hacer algunas piezas para decoración.
Al cerrar este taller, Emilio se había convertido ya en todo un artesano  y empieza  a trabajar en el taller que había en la calle Solana de la  Empresa Artesanía San José. En este taller estuvo trabajando poco tiempo porque Emilio, persona emprendedora, decidió junto con su amigo José Luis Manrique, poner un taller por su cuenta y coger a algunos muchachos jóvenes como aprendices y así lo hicieron hasta que Emilio tiene que irse a la mili, en que dividen el taller. De la parte de Emilio se harían cargo sus hermanos.
Trabajando la mimbre
Al terminar el servicio militar volvió a trabajar para Artesanía San José. En el año 1.972, el dueño de la misma, José Gallardo Gallego propuso a Emilio y a José Luis Manrique que se hicieran cargo de la fabricación de la empresa en Los Villares, el dueño había decidido irse a vivir a Jaén donde se montaron los almacenes y oficinas y la empresa era demasiado grande para dirigirla él solo. Llegaron a un acuerdo y ellos se hicieron cargo del control de todos los talleres que en el pueblo trabajaban para esta empresa y de los que la propia empresa tenía. En aquel tiempo la empresa ya empezaba a exportar a casi toda Europa y a muchas otras partes del mundo.
En los años setenta ante la demanda de todos los productos que se manufacturaban en el pueblo, comenzaron a organizarse cursos, por parte del Ministerio de Trabajo (PPO), en algunos de los pueblos de nuestra provincia. Emilio fue contratado por el Ministerio como monitor para enseñar el oficio, impartiéndolos en pueblos como Fuensanta o Villarrodrigo. En esta labor estuvo tres o cuatro años  intentando enseñar a los jóvenes, pero la falta tradición artesana en aquellas poblaciones, hizo que este proyecto no fructificase.



La empresa Artesanía San José tomó mucho prestigio, y  comenzaron a venir bastantes clientes extranjeros interesándose para que le fabricaran productos de decoración, sobre todo navideños, y participaba en bastantes Ferias de toda Europa y de otras partes del mundo. Esta empresa contrataba a los mejores diseñadores y decoradores que había en aquellos tiempos, éstos se desplazaban hasta los talleres que había en Los Villares, y junto con los mejores artesanos, se diseñaban y fabricaban todos los modelos que se iban a exponer en  las temporadas próximas. Así era como la empresa presentaba todos los años las mejores novedades de calidad y moda.  Debido a la fama que tomó dicha empresa, había bastantes clientes que le demandaban artesanos para hacer demostraciones en sus comercios o en las ferias de muestras. Por este motivo Emilio tuvo que desplazarme a varias ciudades extrajeras como Dusseldorf, Hamburgo y Tokio para que la gente viera cómo se hacían los productos artesanos en Los Villares.

Emilio en una demostración en una feria de muestras de Japón
En junio de 1.972, Emilio junto a varios artesanos de Los Villares y algún otro de la provincia, participa en el concurso provincial de artesanía donde obtendría el primer premio, que a parte del diploma, una copa y una cantidad en metálico, le daba opción a participar en el Concurso Nacional de destreza en su oficio, que se celebraría en Gata de Gorgos  (Alicante).
Emilio recibe el primer premio provincial.
Junto a él artesanos del nivel de Francisco Miranda
A primeros de Julio de este mismo año participó en dicha ciudad en el Concurso Nacional, al cual acudieron artesanos del mimbre de distintas provincias y Emilio obtiene el Primer Premio. El premio consistía en una copa, un diploma y siete mil pesetas en metálico. El dinero y la copa le fue entregado al término del concurso por las distintas personalidades provinciales y nacionales que asistieron como parte del jurado calificador, pero el diploma lo entregaría el jefe del estado español en Madrid el 18 de Julio, fecha en la  que, por entonces, se  celebraba la fiesta nacional  del trabajo.

El 17 de Julio de ese año, Emilio se traslada a Madrid junto con algunos familiares y, ese mismo día, fue recibido, junto a todos los ganadores de los distintos concursos de destreza en las distintas categorías que se habían celebrado en toda España, por el Ministro de Relaciones Sindicales D. Enrique García-Ramal Cellalbo. A tal evento acudieron bastantes personalidades nacionales relacionadas con la política y las empresas. Tras dirigirles unas palabras, se les agasajó con una comida en uno de los salones del mismo Ministerio.
Emilio recibe, del Jefe del Estado, el título
de Campeón Nacional de Destreza en el oficio de la cestería

Al día siguiente, 18 de julio, en el palacio del Pardo, de manos del Jefe del Estado Español, D. Francisco Franco y, después de dirigirles unas palabras a todos los ganadores, recibió el Diploma acreditativo de Campeón Nacional de Destreza en la especialidad de cestería. Fue un acto muy emocionante para todos los asistentes, ya que junto al Jefe del Estado se encontraban varios ministros y bastantes personalidades relacionadas con el mundo de la política y la empresa.




















El 22 de octubre de 1.972 Emilio contrae matrimonio con Andrea Hidalgo Miranda, fruto del cual nacen sus dos hijos Emilio y Rocío.
Emilio, aparte de un excelente artesano es una persona comprometida y de profundas convicciones religiosas. Miembro de la Junta Rectora de varias cofradías, miembro del Grupo de Cáritas durante muchos años y en la actualidad, y desde hace más de quince años, miembro de la Junta Parroquial de Los Villares.


Foto de familia.
Tras más de cincuenta años dedicado a lo que mejor supo hacer, el arte de manipular las fibras vegetales, Emilio disfruta hoy de una merecida jubilación, dedicando su tiempo a la familia, los amigos, el mundo cofrade, la parroquia y el senderismo.

Sea esta semblanza, mi humilde homenaje a Emilio, ese “excelente artesano y mejor  persona” del que me honro con su amistad.


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