domingo, 22 de mayo de 2016

DE LA ROTURACIÓN DEL SITIO DEL CERREJÓN PARA VIÑEDOS Y OLIVAR EN 1.782.

Tal día como hoy, el 22 de mayo de 1.782, reunido el Concejo de Los Villares, bajo la presidencia de sus Alcaldes Ordinarios Juan Ambrosio Cobo y Francisco de Gámez, acordaron solicitar licencia del Vizconde de Los Villares, como Señor de las Tierras de Realengo, para roturar el sitio de Cerrejón de doscientas cuerdas de tierra y destinarlo al cultivo de viñedos y algunos olivares.
















Desarrollo de la Efemérides:
El monte del Cerrejón, era considerado  tierra de realengo, es decir que pertenecía a la Corona, no a las tierras del Caudal de Propios del municipio. Su jurisdicción, en Los Villares, estaba bajo el poder del Señorío de la Villa, el Vizconde de Los Villares. Ante la necesidad de terrenos para mejorar la producción agrícola el Concejo plantea la roturación del mismo y repartirlo a los vecinos, en usufructo, en suertes de dos cuerdas  bajo una serie de condiciones y un censo anual de cuatro reales.
Dice así el acta:
En la Villa de Los Villares un 22 de mayo de 1.782 los Señores, que componen el Concejo, dijeron que en esta Villa aunque en alguna parte de su término tiene algún tanto de viñas, casi todas son de hacendados forasteros por lo que este vecindario está privado de estas propiedades y de sus frutos y por ello sufre graves perjuicios tanto para su manutención como para las Rentas y contribuciones.
Que habiendo como hay otro sitio de Realengo que llaman del Cerrejón de doscientas cuerdas de tierra, poco más o menos, próximo a la Villa cuya áspera y pendiente constitución y calidad de sus no son aptos para  plantas de semillas y si para viñas con algunos olivos de cuyos frutos se obtendrá mucho beneficio para este común e iguales consecuencias para sus Majestades.
Por todo lo dicho, el Concejo  acordó  poner en ejecución lo arriba expuesto, en base a  la forma y condiciones siguientes:
1ª Que el sitio del Cerrejón se sorteé entre sólo los vecinos pudientes de esta Villa y que a cada uno se le señale propiedad, para que cada cual  se plante de viñas con algunos olivos dentro del preciso término de seis años y que pasados éstos si no la hubiera puesto se vea privado de su propiedad  y así se pueda dar y adjudicar a otro vecino de quien se espere bajo la misma condición la ejecute como está previsto.
 2ª Que cada suerte sea de dos cuerdas de la mayor que llaman de la campiña.
3ª Que cada una de estas suertes tenga perpetuamente sobre sí y contra sus poseedores el censo anual de cuatro reales de vellón cuya suma y producto  quede a lo destinado por el Señor Vizconde de esta Villa como dueño y Señor que lo es de lo Realengo.
4ª Que todas y cada una de estas suertes no sean vendibles y enajenables a forastero alguno, como no sea vecino de esta Villa y que en el caso de que alguna se llegue a poner en venta o cambio o enajenación se haga público y sea preferido el de este vecindario; por tanto y cuanto ha de ser comprador o cambiante un forastero sea por expresa y constante licencia y permiso de dicho Señorío.
5ª Que dichas suertes no sean hipotecables, ni para siempre ni por tiempo a fianza alguna sino solamente al Pósito de Pan y Millones de esta Villa y que en caso de hipotecar otra cosa sea nula y de ningún valor la tal fianza bajo de la misma licencia del Señorío.

Siendo el sitio del Cerrejón de este término de los Villares o Realengo  propiedad del Señorío que en dicha Villa tiene, goza y posee el Señor D. Gabriel de Ceballos, Villegas y Salcedo como Vizconde de ella según sus Reales Privilegios y Regalías, acordaron que por el  Escribano de este Concejo se saque el correspondiente testimonio de este Acuerdo y que con él se haga copia para el Señor Vizconde a fin de que si lo expresado lo tuviere por conveniente, lo apruebe en la parte que así considere o lo consulte con los Señores del Real y Supremo Consejo de S.M. para que decrete la providencia a que haya lugar”.


Vista del Cerrejón.




TAMBIÉN ESTE DÍA…En 1898: El Ayuntamiento de los Villares, que preside D. Esteban García Villén, concedía el aprovechamiento del remanente de agua de la fuente pública, situada en la fachada de la iglesia, de la plaza del pueblo a los señores D. Francisco Alcalde, Dña. Antonia Bretón y Muñiz. D. Juan Alcalde y D. Manuel Soro Vera, con el fin de dotar con ella los molinos aceiteros que poseen en la calle Solana de esta población.

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