Tal día como hoy, el 6
de junio de 1764, María Garrido Civantos, viuda de Manuel de Campos y Garrote
otorgaba testamento ante el Escribano de la villa Pedro José Fernández y un
codicilo otorgado ante este mismo escribano por lo que se fundó una memoria de
una misa rezada perpetuamente que se ha de celebrar el día de su fallecimiento
ante el altar de Nuestra Señora de los Dolores.
Comentario a la
Efemérides:
María Garrido Civantos, natural y vecina de Los Villares, viuda de Manuel de Campos y Garrote por su testamento que otorgó ante Pedro José Fernández, Escribano de ella en 6 de junio de 1764 y codicilo posterior de 31 de diciembre de 1767 fundó una Memoria de una misa rezada perpetuamente que se ha de celebrar el día de su fallecimiento ante el altar de Nuestra Señora de los Dolores, de cuya capilla fue patrona durante tres años. Y que en el día que se celebre la esperada misa se diga un responso también rezado, que se cargó sobre la mitad de un haza de tierra calma que llama de las Liebres, en el sitio del río Eliche, término de esta villa. Linda a levante con tierras del convento de Santa Úrsula de Jaén, por poniente con la otra mitad de haza que entonces poseían Juliana de Campos y los hijos de Catalina de Campos y D. Pedro Antonio Barragán, quien llaman D. Jorge Barragán; por medio día con tierras del Cortijo del Espinar y por el norte por la vereda Real que va al cerro del Viento.
*LA CAPILLA DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES: El
siglo XVIII, es sin duda, el momento más significativo en la historia de la
iglesia parroquial de Los Villares. Una de las más significativas fundaciones
de este momento es la realización en honor de Nuestra Señora de los Dolores,
bajo cuya advocación se crea un patronato y se funda una devota cofradía
Los impulsores de esta
devoción fueron el matrimonio formado por Manuel de Campos y Garrote y María
Garrido Civantos. Manuel de Campos era natural de la villa de Jamilena y
oriundo por línea paterna de Martos, pero casó en Los Villares con María
Garrido y en Los Villares se avecindó, creando un cuantioso patrimonio familiar
que le habría de convertir en uno de los vecinos acaudalados del lugar.
El gasto global lo
asumió el matrimonio, aunque validos de su posición e influencia consiguieron
allegar algunas ayudas entre ellas el que la jerarquía facilitase la madera
para la construcción del tejado de la capilla y una limosna de 168 reales; que
el vizconde de Los Villares don Gabriel de Ceballos y su esposa, doña Teresa de
Godoy, diesen otra generosa limosna y que el Ayuntamiento de la villa
colaborase también con algunas limosnas y cediendo el usufructo de las tierras
realengas durante la ejecución de las obras.
Fallecido Manuel
Campos, su esposa e hijas siguieron velando por la capilla e imagen de Nª Sª de
los Dolores.
María Garrido, la
esposa, viviría hasta 1776, y al igual que su marido, en su testamento
confirmaría su interés por la capilla, cuyo Patronato regía su hija Catalina
Campos, que tras su larga soltería se había casado con Pedro Barragán, hermano
del señor prior.
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