
Comentario a la Efemérides:
En la villa de Los Villares un 18 de agosto de 1.820, se
reunían los Señores del Ayuntamiento constitucional ante la urgente necesidad
de cubrir la plaza de Médico por haberse despedido el Médico Titular, D. Martín
de Pineda, encontrándose muchos enfermos, sobre todo pobres, desatendidos al no
poder pagar a un médico de la capital de Jaén para que se desplazara a Los
Villares.
Habiéndose fijado edictos y convocatoria en los pueblos de
mayor población de esta provincia y no habiéndose presentado nadie a la plaza
de médico por la corta dotación de trescientos ducados de que goza, pues aunque
provisionalmente se pagaron quinientos
ducados de este Caudal de Propios, el Consejo de Castilla denegó el aumento de
los doscientos ducados, dejando reducida la dotación en los trescientos
ducados, causa por la que se despidió el citado Médico D. Martín de Pineda.
Siendo Los Villares una población que excede de más de mil
quinientas almas, contando con cuatrocientos
vecinos, de los que doscientos son pobres jornaleros de campo imposibilitados
de costear la curación de sus enfermedades, y que de los otros doscientos la mitad son pequeños agricultores que sólo
tienen la casa que habitan, y alguna poca siembra, y tampoco pueden auxiliarse de
medicina ni costear los dispendios de una enfermedad, y de los otros cien vecinos restantes, tan
solamente unos doce vecinos son los que costean la traída de un médico
forastero para atenderlos en contadas ocasiones y ante momentos de mucha
gravedad.

Por todo esto se acordó comunicar las referidas circunstancias al Sr. Jefe Político y Señores de la Diputación de esta provincia con la solicitud de que se dignen conceder a la dotación de la plaza de médico de esta villa, sobre los trescientos ducados que tiene asignados hasta quinientos puesto que con menos no hay médico alguno que la sirva, y que se faculte a este Ayuntamiento Constitucional para exigir por repartimiento del Común trescientos ducados en cada año, con lo que se fije la dotación en ochocientos ducados anuales, los quinientos ducados de los Caudales de Propios y los trescientos restantes del vecindario, para así encontrar Médico y poder atender las necesidades de todos los vecinos enfermos, así como fijar unas condiciones que mejoren la asistencia y eviten los abusos generales que se venían produciendo.
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