
Desarrollo de la efemérides:
En 1.936, Los Villares era un pueblo de gente trabajadora y de convivencia pacífica que
no llegaba a los tres mil ochocientos habitantes y donde no había habido
adhesión, ni antes ni después, al
alzamiento del 18 de julio. La vida transcurría
con normalidad. El puesto de la Guardia Civil, establecido en la calle Pablo Iglesias, con una dotación de diez números, lo mandaba el
Sargento D. Julián García González. La orden de concentración en la Comandancia
sacó al destacamento de la Guardia Civil
de Los Villares. El 3 de agosto de
1.936, se producía el primer suceso de impacto local, tras el alzamiento.
Se procedió a la incautación de la iglesia parroquial de San Juan Bautista
destrozando su reducido pero interesante patrimonio histórico-artístico. Las imágenes,
algunas de gran interés, como las de la Patrona Ntra. Sra. del Rosario, la de
Ntro. Padre Jesús, la de Ntra. Sra. de los Dolores, la de San José, San Juan Bautista o
la del Cristo de la Salud, se quemaron junto con cuadros y retablos. Se
destrozó el órgano, se desmantelaron las cuatro campanas y se demolió parte de
la torre y del tejado. Se perdió parte del archivo, pero se logró salvar lo más
notable del pequeño tesoro parroquia.
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Imagen de San José (s. XVIII) Destruida el 3 de agosto de 1.936 |
En esas fechas, el Párroco lo era D. Francisco Ortega Espejo, al que auxiliaban como coadjutores don Pedro Pardo Barrón y don Emilio Palop Soro.
Imagen actual del templo con el nuevo retablo tras la restauración. |
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