Tal día como hoy, el 4 de marzo de 1733, el
Concejo de Los Villares, de conformidad acordaba la propuesta de vecinos, a presentar
al Señor Vizconde de Los Villares, que han de regir los destinos de la villa.
Desarrollo de la Efemérides:
En la villa de Los Villares a 4 de marzo
de 1733, el Concejo de esta villa estando reunido en Cabildo, a saber los
señores Juan del Alcalde y Francisco García, Alcaldes Ordinarios; Juan Antonio
Malo de Molina y Juan de la Fuente, Regidores; dijeron que habiéndose cumplido
los dos años por que fueron electos y elegidos por tales oficiales del Concejo
y para que sean otros los que sirvan desde ahora en adelante y para que surta
efecto la nueva elección de los oficiales del concejo, habiendo reflexionado
sobre ello y que se elijan personas de toda inteligencia, vigilancia y cuidado,
hicieron los nombramientos siguientes:
-Para Alcaldes: Los dichos señores,
por unanimidad nombran, en primer lugar a Manuel de Campos y
Diego de Mena, y en segundo lugar a Antonio Sabalete y
Francisco Ramírez.
-Para Regidores: Y los dichos
Señores Alcaldes y Regidores nombraron, en primer lugar a Juan
Garrido y Cristóbal Segundo; y ensegundo lugar a Cristóbal
de Santiago y a Gabriel García de Mena.
-Para Alcalde de la Santa Hermandad:
De conformidad nombraron para Alcalde de la Santa Hermandad en primer
lugar a Juan de Luque Guerrero y en segundo lugar a
Alonso Bonilla.
-Para Síndico Personero y Procurador
General de los vecinos de esta villa, en primer lugar a
Matías García de Mena y en segundo lugar a Alfonso del
Haba.
-Para Alguacil Mayor: En primer
lugar se nombró a Juan de la Rubia y en segundo lugar
a Juan Hidalgo de Ocaña.
Realizados dichos nombramientos y para su
cumplimiento, mandaron al Escribano, se remita testimonio del mismo a Don
Gabriel Ceballos Villegas y Villalobos, Caballero de la Orden de Santiago y
Vizconde de la villa para que en su vista apruebe y elija por tales oficiales
del Concejo a los que tuviere por conveniente.
TAMBIÉN ESTE DÍA…En 1494: Se reactivaba el proyecto de
repoblación de Los Villares, repartiéndose siete vecindades a otros tantos
moradores de Jaén, con la obligación de que construyeran sus casas e iniciaran
la roturación de las parcelas rústicas adjudicadas.
Los nuevos colonos, siguieron viviendo en Jaén, no levantaron
sus casas y sólo acudían temporalmente cuando el laboreo lo precisaba. El incumplimiento de los nuevos moradores,
provocó que el concejo de Jaén se desdijese de su proyecto colonizador y
acordara que las riberas de los ríos Frío y Eliche quedasen como zona de pastos
donde los ganaderos de Jaén.
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