jueves, 19 de febrero de 2015

DON ANTONIO GÓMEZ MOLINA, Maestro y Sacerdote

Tal día como hoy, un 19 de febrero de 1800, nace en Los Villares D. Antonio Gómez Molina, maestro y sacerdote.

Interior del templo de Los Villares




















Semblanza:
Don Antonio Gómez Molina, nace en Los Villares el 19 de febrero de 1800. Hijo de D. Antonio Gómez Gardí, Maestro Sangrador y propietario y  de Dña. Mª Reyes Malo de Molina Armenteros. Son sus hermanos, Manuel, maestro sangrador y propietario de una fábrica de jabón; Francisco Zoilo, veterinario; José, Juliana, Mª Manuela,  Ana María y José Domingo.
Vivió su infancia en la plaza la villa donde tenían el domicilio sus padres. Bachiller en Filosofía y Maestro con título del Real y Supremo Consejo de Castilla, obtuvo la plaza de Maestro de primeras letras en Los Villares en mayo de 1825, plaza que solicitó al no haber en aquellos años ningún maestro, ni escuela para los niños del pueblo, por lo que el ayuntamiento hubo de habilitar la Sala Capitular y comprarle el mobiliario y dotación de libros y material para su puesta en marcha. Se le asignó una dotación anual de 130 ducados, con el compromiso, por su parte, de impartir gratuitamente la enseñanza a los niños pobres, cobrando una pequeña paga al resto de los alumnos.  Sintiendo la llamada de Dios, comenzó  la carrera de Sacerdote, estudios que compartía con la profesión de maestro, hasta que siendo imposible compaginar estudios y escuela, el ayuntamiento le dio el cese como maestro, nombrando otro en su lugar.
Casa que fue de sus padres
Recibió el sagrado orden presbiterado en el año 1832. Su primer destino fue la Capellanía de Santa Cristina, en el año 1833, con la obligación de decir misa en ella todos los días festivos y domingos del año, por la que recibía una asignación de cinco reales diario.  En 1934 se le concede por el Obispo de la Diócesis,  el beneficiado de la parroquia de San Juan Bautista de Los Villares. Iniciada en ese tiempo la terrible plaga del cólera morbo asiática, a poco de iniciarse la plaga cae enfermo el Párroco  y a pocos días el cura, quedándose solo a cargo de la parroquia de un pueblo que tenía algo más de quinientos vecinos, para la administración no sólo de los Sacramentos sino para dar sepultura a ocho o diez vecinos todos los días. Infectado de la cólera el único Escribano de la Villa, se vio precisado de que los moribundos le otorgasen sus últimas voluntades, por no haber persona alguna que quisiera aproximarse a las casas de ningún colérico, ejerciendo con felicidad empresa tan ardua y arriesgada sin otro premio que la gratitud de sus paisanos (de estos hechos existen pruebas documentales, en informes tanto del Ayuntamiento, como del Párroco de la Villa). Compaginó sus tareas del sacerdocio son el cuidado de sus padres ya septuagenarios, a quienes tuvo a su cargo hasta su muerte.
 Vice-prior de la parroquia en  1837, como responsable de la fábrica de la misma, hubo de inventariar los objetos sagrados susceptibles de ser incautados por la Desamortización de Mendizábal, si bien su habilidad, junto a la del párroco y la predisposición del las autoridades municipales, hicieron posible salvar de la incautación, el pequeño pero apreciable ajuar de vasos y enseres sagrados.

Nombramiento de Maestro en Los Villares

En junio de 1856, siendo Vice-prior de la parroquia, en base a una Circular de la Diócesis, sobre el estudio de las necesidades de cada una de las parroquias, elaboró un Documento-estudio de las necesidades parroquiales, en base a los vecinos de la villa, situación social y sobre los derechos de estola, en bautismos, bodas y defunciones, consiguiendo que el Ayuntamiento, que entonces presidía D. José del Alcalde y Cuberos, se comprometiese al pago de unas cantidades fijas y proporcionadas, de manera  que para los feligreses no tuviesen que pagar nada por estos servicios de estola.
En 1857, sufrió un intento de secuestro; los secuestradores lo retuvieron un tiempo pero la audacia de su criado, un ciego llamado Fermín, hizo que se abortarse el intento.
Persona muy querida y estimada en el pueblo, formó parte de innumerables comisiones benéficas que, como consecuencia de distintas tragedias a nivel nacional o internacional, se creaban para recaudar fondos en la villa. Así mismo formó parte de las Juntas Locales de Enseñanza y de Sanidad durante varios años.
En 1860 es nombrado prior de la Parroquia de Los Villares, ejerciendo dicho cargo hasta su jubilación.
Sea esta semblanza, el reconocimiento y homenaje  a un villariego desconocido para muchos, que ejerció su labor sacerdotal entregada por entero a favor de sus paisanos más desfavorecidos.



TAMBIÉN ESTE DÍA… En 1875: El Ayuntamiento de Los Villares, que presidía D. José del Trigo, no queriendo que el vecindario careciese de dichos productos, acordaba nombrar como vendedor de las carnes de cabra y oveja a Ventura Alcalde, toda vez que no se había presentado ningún postor en la subasta celebrada el día anterior.  


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