martes, 19 de febrero de 2019

DE LA SOLICITUD DE LA VENTA DE VINOS EN LA LOCALIDAD EN 1804


Tal día como hoy, el 19 de febrero de 1804, don Diego Sanz, vecino de Jaén, pero hacendado en este término, solicita del Concejo de la villa, licencia para poder vender en la villa los vinos que producen sus tierras situadas en las inmediaciones de Los Villares pagando por ello el impuesto que le corresponda.











Desarrollo de la Efemérides:

Un 19 de febrero de 1.804,  Don Diego Sanz, vecino de la ciudad de Jaén  ante el escribano de la villa afirmaba: Que, posee dos heredades de viñas, olivar y árboles frutales, cercadas con sus casas de tejas dentro del término de esta Villa e inmediatas a su población, donde habita mucha parte del año para hacerme presente a las labores, custodia de los frutos sazonados o por sazonar y a la recolección de ellos todo a mis expensas cuyas heredades son de un crecido valor y en las que h puesto el mayor esmero para su adelantamiento, continuando el de mi padre D. Vicente Sanz de quien en parte las heredé para cuyas labores regularmente se vale de vecinos de este pueblo, haber satisfecho como hacendado las respectivas contribuciones que se me han repartido como consta en esto cinco recibos que exhibe para que a su tiempo se me devuelvan y por último he pagado los diezmos a los frutos correspondientes que se distribuyen entre los interesados de esta Villa; en este atención y en la que por razón de hacendado, tengo la vecindad civil en este pueblo, compro y vendo en él los frutos que dan de si mis otras heredades pues al modo que es útil a los vecinos ambos precios a quienes ocupo en las labores y cuyos frutos se crían dentro del recinto de este término, justo es que en él se consuma y no experimente el perjuicio de exportarlos a otro pueblo, con los que en este estaría más abastecido.
Por tanto: Solicita, se sirva concederme licencia para vender en esta Villa el fruto de vino que ha recolectado y embodegado y tiene en una de dichas dos caserías, pues estoy pronto  a pagar los  reales que me correspondan, que lo contrario y  que de denegárselo presentará quede de   Sus Mercedes, Su presidente y Regidores de la Real Chancillería de Granada, para lo que solicito se me dé Testimonio de este Pedimento y auto que a él se previere.


*Las fincas a que hace referencia se trata de la del Plantío y las Olivillas, donde contaba con molino aceitero y lagar para recolectar la vid y producir vino.
*Con fecha 20 de febrero, el Concejo denegaba la licencia de venta de vino en la villa, porque dada la producción de su lagar, perjudicaría a los pequeños productores de vino de Los Villares y la existencia de un abastecedor cuyo remate por dicho abastecimiento se había establecido en 4.000 reales por término de tres años; por lo cual se le instó a que vendiese su producción en la ciudad de Jaén de donde era vecino.





VILLARIEGOS: Un 19 de febrero de 1800, nace en Los Villares D. ANTONIO GÓMEZ MALO DE MOLINA. Hijo de D. Antonio Gómez Gardí, Maestro Sangrador y propietario y  de Dña. Mª Reyes Molina Anguita. Maestro y sacerdote que dedicó lo mejor de su vida al servicio de sus paisanos y feligreses.
Obtuvo la plaza de Maestro de primeras letras en Los Villares en mayo de 1825.  Sintiendo la llamada de Dios, comenzó  la carrera de Sacerdote, estudios que compartía con la profesión de maestro, hasta que siendo imposible compaginarlos, cesa como maestro. Recibió el orden sacerdotal en el año 1832. Su primer destino fue la Capellanía de Santa Cristina, en el año 1833. En 1934 se le concede el beneficiado de la parroquia de San Juan Bautista de Los Villares.

*En 1934 durante la terrible plaga del cólera morbo asiática, se quedó solo a cargo de la parroquia, teniendo que administrar no sólo de los Sacramentos sino además dar sepultura a ocho o diez vecinos todos los días. Infectado de la cólera el único Escribano de la Villa, se vio precisado de que los moribundos le otorgasen sus últimas voluntades, por no haber persona alguna que quisiera aproximarse a las casas de ningún colérico, ejerciendo con felicidad empresa tan ardua y arriesgada sin otro premio que la gratitud de sus paisanos (de estos hechos existen pruebas documentales, en informes tanto del Ayuntamiento, como del Párroco de la Villa).
D. Antonio fallecía el 22 de diciembre de 1876



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