
Palacio del Vizconde |
HISTORIA DEL PALACIO DEL VIZCONDE DE LOS VILLARES
En septiembre de 1707, Felipe V otorga a D. Francisco de Ceballos Villegas y Sainz-Solórzano, en 1.707, el
título honorífico de Vizconde de los Villares. Será su hijo D. Gabriel de Ceballos y Villalobos quien entre 1710 y 1761 obstenta el título quien construya la casa solariega conocida popularmente como la "Casa Grande"
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Portada principal |
Las diligencias fiscales de 1.752 hablan de cómo era la casa, la
describe: “…compuesta de tres salas en bajo, otras principales, galería,
cámara, dos cocinas,patio, corral, jardín y un huerto de 16 celemines de
tierra de regadío con agua de Ríofrío…Tiene la casa 20 varas de frente y lo
mismo de fondo; confronta por la parte de arriba con casas de Cristóbal de
Molina, vecino desta villa y por la de abajo hace esquina a la calle que va al
Vadillo. Está gravada con un censo de 20 ducados de vellón, redimible a favor
de la Santa Iglesia Catedral de Jaén., sus réditos anuales, al respecto del
tres por ciento, sesenta ducados…”.
Todo apunta a que durante el vizcondado de D. Gabriel de Ceballos Villegas y Escobedo, se lleve a cabo una reforma en la misma. Eran
años de mucha actividad constructiva en la Villa, en los que se remodela la
parroquia y se alza el edificio del Ayuntamiento. Quizás por ello se busca
cierta similitud en la traza externa de estos tres edificios.
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Puerta del Zaguan |
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Patio porticado |
La fachada principal, construida en sillares y sillarejos trabados con
argamasa, adopta una traza arquitectónica similar a la casa que los Vizcondes
tenían en Jaén en la calle Hurtado. La portada principal, excéntrica con
relación al conjunto de fachada, presenta las típicas pilastras planas de las
casas giennenses. Se cierra con buenas puertas claveteadas provistas del
tradicional portillo de servicio. Dos balcones de corte señorial, con dintel bien
marcado rompen la monotonía del muro. Corona la fachada la popular galería de
arcos tan frecuentes en las casas nobles del s. XVIII. Un zaguán en el que no
falta el consabido ventanuco de control y servicio da paso al cuerpo central
del edificio, a la manera tradicional, en torno
a un patizuelo que originalmente debió ser porticado y de cuyas galerías
existían unas majestuosas zapatas dobles, ricamente decoradas. La existencia de
una puerta en la que resalta una cruz entre labrados cuarterones, hace
sospechar que la casa dispuso de oratorio privado. La escalera de doble arcada
y señorial baranda se cubre con una
bella bóveda de media naranja alzada sobre pechinas que descansan en unas
ménsulas. Muy evocador es el desván que se abre al exterior por la galería de
arcos.
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Escaleras a los aposentos |
La casa se complementaba con un amplio huerto-jardín, que dio el nombre
a la calle –calle Jardín- y un molino
cuyos rulos se movían a base de caballerías.
Plenamente vivida en la época del IV Vizconde, D. Gabriel Ceballos
Villegas y Escobedo, que ostentó el título en los años de 1.782-1824, tras los
cambios políticos ocurridos al acabar la Guerra de la independencia, en los que
perdió la mínima jurisdicción que ejercía, los Vizcondes cada vez fueron
frecuentando menos la Casa. Dña. Concepción Ceballos Villegas-Hierro, V
Vizcondesa en los años de 1.824-1826, apenas si la habitó. Por eso en tiempos de D. José Marra Careaga
Ceballos-Villegas, VI Vizconde durante el periodo 1.826-1.853, que residía ya
en Granada, la casa se decidió enajenarla.
La casa ya conocida en el pueblo como “Casa Grande” se vendió en 1841 a D. José Francisco Molina Guitérrez, escribano de la villa. De él tras pasar por distintos dueños llegaría a manos de D. Francisco Bonilla
Anguita, que la habitó a partir de 1.886.
Cuando en octubre se incorporó a la campaña de Cuba, éste vendió la casa
y el molino adjunto a D. Antonio María Guijosa Díaz. De él la propiedad se subdividió
quedando el molino en manos de D. José Guijosa Delgado y la casa en la de D.
Ramón Guijosa Delgado, finalmente pasó su titularidad a Dña. Mª del Carmen
Guijosa López, última propietaria antes de la adquisión por nuestro
Ayuntamiento.
El decreto 487/2008, de 28 de octubre, inscribía en el Catálogo General
del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, con la
tipología de Monumento, el Palacio del Vizconde de Los Villares, en Los
Villares (Jaén).
El Excmo. Ayuntamiento de Los Villares y el Ministerio de Fomento,
firmarían un convenio para su restauración y recuperación como Centro Cultural,
Museo y Sala de Exposiciones.
Hoy abría sus puertas al público, la Biblioteca Municipal, cuya sede
estará desde ahora, allí donde un día escribió y guardo, D. Francisco Bonilla
Anguita, su particular historia de Los
Villares, conocida como “Cosas rancias de mi pueblo”.
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Biblioteca. |
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Sala de lectura |
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