viernes, 23 de mayo de 2014

DON MANUEL LÓPEZ DELGADO, Maestro de Los Villares.

Un 23 de mayo de 1.998 muere en Jaén, tras larga y penosa enfermedad, D. Manuel López Delgado, maestro que ejerció su labor en nuestro pueblo desde el 1 de Septiembre de 1.961 hasta el 31 de agosto de 1.972 en que se trasladó a Jaén. Once años de docencia y entrega a sus alumnos. 



SEMBLANZA:
Manuel López Delgado nació en Jaén el 26 de julio de 1914. Su nacimiento en la capital fue accidental ya que su familia era de ascendencia malagueña y cordobesa. Ocurrió durante uno de los reiterados periodos en que su padre, Gregorio López Ledesma (1878-1951), oficial del Regimiento de Infantería “La Reina, 2” de guarnición en Córdoba, se encontraba destacado en Jaén.
Soldado-maestro
En el curso 1929-1930 inició sus estudios en la Escuela Normal de Jaén, obteniendo el título de Maestro de Enseñanza Primaria en 1934, coincidiendo con el retorno de su familia a Córdoba. Mientras preparaba la oposición al Magisterio Nacional, aprovechó para cumplir con el obligado servicio militar, ingresando voluntario como hijo de oficial en el Regimiento de Artillería Pesada núm. 1, cuyo cuartel se encontraba en las proximidades de la vivienda familiar en la cordobesa Avenida de Medina Azahara. Sus deberes militares los cumplía como soldado-maestro alfabetizador cuando la guerra civil vino a torcer el rumbo de sus proyectos. Movilizado e integrado en la 3ª Batería de Obuses 155/13 le llevaron de acá para allá por los frentes de Córdoba, Jaén y Extremadura, cuando ya había superado los dos primeros ejercicios de la oposición al Magisterio. Finalizada la contienda con los honrosos galones de sargento de Artillería, todavía hubo de permanecer en filas hasta que el 18 de septiembre de 1944 consiguió la licencia absoluta en el Regimiento  Mixto de Artillería núm. 8 de guarnición en Las Pamas de Gran Canaria.
Con sus compañeros del Grupo Escolar

Dada su ya madura edad y aprovechando una comisión de servicio en la madrileña Escuela de Taqui-mecanografía del Ejército, opositó al Cuerpo Ejecutivo de Telecomunicaciones en el que ingresó el 21 de abril de 1943. Destinado al Centro de Telégrafos de Jaén se instaló en la capital, donde en 4 de marzo de 1946 contrajo matrimonio con Teresa Pérez Cobo, del cual nacieron sus dos hijos, Manuel  y Juan.
Sus obligaciones profesionales, casi siempre en la ventanilla de telegramas de la recordada “Casa de Correos” de la plaza de San Francisco, las compaginó con la docencia que era su esencial vocación, trabajando como profesor en el desaparecido “Colegio Cristo Rey” y en las escuelas nocturnas de alfabetización de la Hermandad de Labradores, así como impartiendo clases particulares a un selecto grupo de alumnos que aún le recuerdan agradecidos.
En septiembre de 1961 solicitó la excedencia en el Cuerpo de Telégrafos ingresando en el Magisterio Nacional. Su primer destino definitivo lo obtuvo en el entonces “Grupo Escolar”  de Los Villares, donde compartió aulas con don Agustín Huertas, don Cristóbal Gómez y don Manuel Colmenero. Durante aquella etapa suplió con su trabajo vocacional la precariedad de unas aulas carentes de medios y escasamente dotadas de material y se integró activamente con el pueblo colaborando tanto con el Ayuntamiento como con la Parroquia y  anudando sólidas amistades y afectos. Permaneció en Los Villares hasta septiembre de 1972, en que para atender obligaciones familiares solicitó destino en la capital, donde fue maestro primero en el Colegio Nacional “Mariano Velasco” y luego en el Colegio Nacional “Peñamefécit” donde le alcanzó la merecida jubilación en 1979.
Grupo de alumnos - año 1.963

Pese a su alejamiento físico de Los Villares nunca perdió el afecto e interés por las cosas de Los Villares y los villariegos. Gustaba de conversar con los hijos del pueblo que iban avecindándose en Jaén, seguía la trayectoria vital de sus antiguos alumnos y con frecuencia se desplazaba al pueblo para saludar a sus amigos y conocidos y adquirir los productos propios de la gastronomía local por los que mostraba predilección.
Falleció el 23 de mayo de 1998 y en el acto de su sepelio se hicieron presentes muchos villariegos que así le tributaban el postrero y afectivo recuerdo.


Grupo de alumnos - año 1.965


Sea esta semblanza un homenaje al hombre sencillo que  desarrolló la mayor parte de su vida de docente en nuestro pueblo, por el que sentía gran cariño, que supo transmitírselo a sus hijos, de tal manera que Manuel, el mayor de ellos, es hoy día el Cronista Oficial de Los Villares.

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